Empecemos definiendo el significado de tapa de registro, también conocida como alcantarilla. No es otra cosa que la tapa que se pone para cerrar los sumideros. Su función es permitir la inspección, cuando sea necesario, de lo que se encuentra en el subsuelo (redes de alcantarillado, paso de cables, acueductos, etc.). Las tapas de registro pueden ser de varias formas y materiales, pero a la hora de elegir qué tipo utilizar, hay que tener en cuenta la resistencia mecánica, su duración en el tiempo y el tamaño de paso o luz neta. Cuando hablamos de resistencia mecánica, nos referimos a la clase que caracteriza a cada tapa de registro. La elección depende de la zona de uso, dividida, en base a lo definido por la norma de referencia EN 124, en 6 grupos. A cada grupo se le ha asignado una clase de resistencia, por debajo de la cual no es posible descender: Grupo 1: zonas que solo pueden ser utilizadas por peatones y ciclistas. La tapa de registro más adecuada es la de clase A15. Grupo 2: zonas peatonales y similares, áreas de descanso o aparcamientos de varias plantas. Esta es la zona de la clase B125. Grupo 3: zonas de canales de desagüe a lo largo del borde de las aceras, que se extienden un máximo de 0,5 m en la calzada y un máximo de 0,2 m en la zona peatonal. En este grupo se utiliza la clase C250. Grupo 4: calzadas de carreteras (incluidas las peatonales), arcenes transitables y zonas de descanso para todo tipo de vehículos de carretera. La clase permitida por la normativa es la D400. Grupo 5: zonas sujetas a cargas por eje elevadas, por ejemplo, suelos de puertos y aeropuertos. La tapa de registro que hay que utilizar será la de clase E600. Grupo 6: zonas sujetas a cargas por eje particularmente elevadas, por ejemplo, suelos de aeropuertos. La única clase permitida es la F900.